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De decadencias

-Por empezar con una noticia de reciente actualidad que tiene alguna conexión con lo eclesiástico, se me ocurre mentar la ceremonia de inauguración de los juegos olímpicos de París, porque incluyó una parodia sobre el cuadro de la Ultima Cena de Leonardo da Vinci, en la que los protagonistas eran personas transgénero. Y los organizadores se creen que ofrecen como “arte” lo que no es más que bazofia vomitiva, exponente claro de la decadencia europea en general y francesa en particular. El tradicional chauvinismo francés debe de estar escondido en el armario, porque en los últimos lustros están acumulando más razones para avergonzarse que para presumir. Y no lo digo porque vaya mal su economía, que no lo sé, sino por lo que se oye de inseguridad ciudadana, de índices de criminalidad y de suicidios, en lo que casi nos duplican a nosotros, que no estamos precisamente para tirar cohetes. Vamos, que hasta no hace mucho casi todo lo francés nos parecía mejor y ahora poco más da Málaga que Malagón. Lo de la olimpiada fue un botón de muestra más de ese declive. Algunos interpretaron como castigo divino la lluvia que deslució el supuesto espectáculo, pero no creo que desde el cielo se permitan jugar a esas venganzas.

-No hace falta recordarte, paciente lector-a, que los falsos progres gabachos son primos hermanos de los españoles, que antes de marcharse de vacaciones dejaron caer que a la vuelta de su “merecido” descanso posiblemente eliminen el delito contra los sentimientos religiosos, así como el de injurias al Rey.
De ocurrencia en ocurrencia: sacan a los violadores de la cárcel con la ley del “sí es sí”, permiten cambios de sexo para que algunos desalmados se libren de condenas judiciales, sacan también de la trena a los malversadores y separatistas catalanes con la ley de amnistía, nos pasan a los demás españoles facturas catalanas sin ton ni son para que Pedro Sánchez e Illa tengan poltrona, no consiguen rebajar las listas de espera sanitarias por los malhadados recortes, mantienen las cifras de desempleo más altas de Europa, siguen tratando a cuerpo de rey a la banca y a las eléctricas, consienten que los principales medios de comunicación estén controlados por capital extranjero…
Cada cifra nueva que se publica es una vergüenza más para el país: tengo delante un resumen de un reciente informe de la OCDE según el cual España lidera en la eurozona el llamado Indice de Miseria (combinación de tasa de desempleo con inflación) con el 15,1 por ciento, casi el doble que el índice medio de la UE (8,7 %).
A los que nos tocó estrenar la mayoría de edad cuando se estrenaba precisamente la democracia no nos podíamos imaginar ni en las peores pesadillas que cuarenta y pico años después estaríamos sumidos en esta espantosa decadencia.
Lo de la supuesta fuga de Puigdemont fue la penúltima forma de escupirnos en la cara, mearnos en la boca y pisarnos la cabeza a todos los españoles…y todavía les queda jeta a estos gandules para irse tan felices y contentos de vacaciones con tu dinero, que utilizarán incluso para meterse una “rayina” de más, pues seguro que un montón de ellos son adictos a la coca y el periodo estival se presta más al desparrame.
¿Qué también hacen cosas bien?
Pues claro que sí, ¡faltaría más!, pero, mires el sector que mires, el panorama nacional es desolador.
Y lo que más rabia produce es que, comparando las cifras con otros países, estamos manteniendo el doble, por no decir el triple, de políticos de los que en realidad harían falta.

-Hablando de farlopa y de panorama desolador, en el último Aquasella, festival que se “perpetra” todos los años en Arriondas, hubo 560 denuncias por tráfico y consumo de drogas.
En nuestra decadente sociedad posmoderna en determinadas cuestiones parece que está prohibido prohibir, pero, si en algunos sitios prohíben las corridas de toros, con tanta o más razón cabe prohibir estos aquelarres.
Y no lo digo tanto por evitar que miles de adolescentes y jóvenes huérfanos (o con padres que ejercen poco o mal) beban como esponjas y/o esnifen como posesos, porque podrían hacer lo mismo en otro lado, cuanto por ahorrar el gasto público que generan las fuerzas del orden que se tienen que movilizar para el ominoso evento.
Hablando de toros y, aunque no me gusten ni poco ni mucho las corridas, me alegro de que en Gijón las hayan recuperado, además de por los aficionados, por lo que supone de cachete para los falsos progres, que son legión y protestan como vírgenes violadas contra el maltrato animal, pero callan como muertos ante el descuartizamiento de fetos humanos.
Otro triste botón de muestra de la decadencia que nos rodea.

-Hasta el lector menos avispado podría recriminarme si, hablando de la decadencia española, francesa y occidental en general, me olvidase de la decadencia de nuestra Iglesia, porque está claro que ha descendido notablemente la práctica religiosa en los últimos lustros.
El caso es que el mundo es muy grande y lo que por estas latitudes es descenso en otras zonas del planeta es aumento, verbigracia en algunos países africanos y asiáticos.
Y, analizando cuál es la situación de esos países en los que el cristianismo aumenta, te encontrarás con que en muchos de ellos las cosas evolucionan para mejor en general, aunque obviamente hay ejemplos de todos los colores.
Como el cura corre más riesgo de no ser imparcial en la exposición de estas tesis, me permito transcribir unas reflexiones del prestigioso escritor Juan Manuel de Prada, que tiene más que claro que la decadencia española, como la francesa, como la occidental en general tiene mucho que ver con el abandono de la práctica religiosa.
Así lo dice el de Baracaldo: “la pretensión de configurar una identidad europea sin alusión al cristianismo resulta tan grotesca que ni si quiera merece comentario.
Los tres pilares sobre los que se sustenta la cultura europea son la filosofía griega, el derecho romano y la religión cristiana.
Y la pervivencia de las dos primeras se debe a que el cristianismo las adoptó como propias.
Presentar las conquistas jurídicas y sociales que hoy rigen el funcionamiento de los estados europeos como si el humanismo cristiano no los hubiese influido constituye un ejercicio de cinismo e ignorancia insoportable.
Una Europa extirpada del cristianismo resulta ininteligible, pero también es verdad que les resulta más cómoda y practicable a los mercaderes para sus cambalaches”.
Se puede decir más o menos alto, pero no más claro.
Y en otro escrito, hablando de Francia, así la define don Juan Manuel: “un muladar multicultural, un vomitorio, donde el nihilismo, la vileza y la sordidez entonan orgulloso epitalamio, que no es en realidad sino patético gorigori”.
¡Vaya “palabros” que utiliza el señor de Prada y qué duro y contundente es con Francia y los franceses.
Y remata su escrito con esta curiosa reflexión: “¿Por qué entre todas las religiones esta patulea sólo siente odio hacia la religión católica?
Por la sencilla razón de que íntimamente la reconocen como verdadera.
Y confieso que este hecho me ha salvado a mí personalmente, cuando mi fe estaba a punto de claudicar”.
En fin, hice un poco de trampa hoy, copiando estas frases de don Juan Manuel, pero me pareció que cuadraban como anillo al dedo para el tema y además un servidor estaba espeso y no era capaz de rematar el folio.

José Manuel Fueyo Méndez